LA ESCUCHA PSICOANALÍTICA NO ES SUFICIENTE

No seré delicado. No seré popular. Lo siento.

Un compañero me escribe hoy pidiendo ayuda para una amiga suya.

La amiga sufrió una ruptura amorosa hace ya varios años y no se ha recuperado.

El colega me escribe diciendo que cree que la amiga sufre un duelo.

Mientras hacía los arreglos para derivarlo a una colega, mi amigo, que es médico, me escribió que el potencial paciente estaba bastante escéptico porque las psicoterapias que había hecho no le habían ayudado.

Debo decir que no me extrañó leer eso.

No sé si a ti te extraña. Tú dirás.

La razón por la que no me extraña es porque el nivel general de psicoterapias en cualquier lugar del mundo es bastante bajo, la verdad.

Bueno.

Una de las razones por las que creo que es tan bajo es porque nos enseñan a escuchar. A escuchar a los pacientes. Y escuchar puede ser peligroso.

¿Cómo?

Escuchar puede ser peligroso porque estás ignorando el resto de canales de comunicación. Estos canales son explicados en forma muy explícita a los candidatos que deciden iniciar su formación en TFP.

Y precisamente deciden iniciar su formación en TFP por lo mismo que este paciente potencial está escéptico. Porque están insatisfechos con su experiencia.

En TFP, se enseña a prestar atención a mucho más que lo que este paciente dice.

El canal 1 es lo que el paciente dice.

El canal 2 es la comunicación paraverbal, lo que incluye gestos, caras, miradas, cuerpo y, muy importante, atmósfera (afecto que desprende el paciente)

El canal 3 es la contratransferencia, los afectos que se te despiertan a ti en el encuentro con el paciente.

El canal 4 (que lo hemos aportado a la comunidad internacional desde TFP Hispanoamérica) es la observación de la interacción o, dicho en palabras más llanas, ¿qué me está haciendo este paciente ahora mismo?

Bien, si escuchas demasiado las palabras o solo escuchas palabras, entonces no es solo que vas a ignorar el resto de canales, sino que no te vas a permitir PENSAR.

Para pensar mientras alguien te habla, tienes que recostar tu espalda en el respaldo del sillón, desconectarte un poco de la escucha y dibujar en tu mente qué está pasando, hacer confluir esos 4 canales y que cristalicen en una díada. Luego, vas a necesitar más espalda en el sillón para preparar (en tu mente) cómo vas a intervenir, qué vas a decirle al paciente, en qué secuencia, para llegar adonde, qué reacciones esperas encontrarte y cómo piensas lidiar con ellas.

Por eso, me pone un poco nervioso cuando leo por ahí libros y artículos sobre “la escucha analítica”.

Lo avisé. No sería popular. Nosotros no queremos ser populares, sino útiles.

Imagen de ©Josef Koudelka

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